Día de la Madre: Un día de reflexión y amor

El Día de la Madre puede ser tierno, alegre, doloroso... o todas esas cosas a la vez.

Es una fiesta envuelta en lazos y fotos de enfoque suave, rebosante de imágenes de sonrisas, flores y tarjetas sentidas. Y aunque esa imagen es cierta para algunos, no cuenta toda la historia.

Para muchos, el Día de la Madre conlleva un peso emocional silencioso: la pérdida de una madre o un hijo, el dolor de la infertilidad o la pérdida del embarazo, el duelo de las relaciones tensas o, simplemente, la soledad de sentir que tu experiencia no encaja en el molde de la imagen perfecta.

Las complejas emociones que subyacen a la jornada

Lo más tierno de este día es que no sólo evoca la celebración, sino que hace aflorar todas las capas. Alegría, sí, pero también dolor. Gratitud, pero también arrepentimiento. Esperanza y, a veces, angustia.

Y cuando tu realidad no coincide con lo más destacado, es fácil sentirse invisible. Puede parecer que no hay espacio para hablar de tu verdad sin empañar la alegría de los demás. Pero lo cierto es que tus sentimientos son válidos. Todas las historias tienen cabida.

Puedes celebrar y a la vez llorar. Puedes sentirte orgulloso y seguir sintiendo dolor. No hay necesidad de elegir solo una emoción.

Ampliar la definición de maternidad

La maternidad va más allá de la biología. No se limita a tarjetas de felicitación o reservas de almuerzos. Son los momentos tranquilos de cuidado: las comidas calientes, las largas charlas, las manos cogidas, las lágrimas enjugadas, los ánimos susurrados en el momento justo.

Y la maternidad puede venir de lugares inesperados:

  • Un profesor que cree en ti cuando tú no crees en ti mismo.

  • Un mejor amigo que aparece con bocadillos y silencio cuando más lo necesitas.

  • Un vecino que vigila a tus hijos sin hacer preguntas.

  • Un extraño que muestra compasión cuando tu día se está desmoronando.

Incluso la Madre Naturaleza tiene una presencia maternal. Cuando el mundo se siente pesado, su firmeza te enraíza: el susurro de los árboles, el calor del sol, el zumbido tranquilo de la vida que continúa. A veces, lo más curativo que puedes hacer es salir y dejar que la naturaleza te abrace durante un rato.

Si el Día de la Madre te parece demasiado complicado, considera la posibilidad de honrar la crianza de cualquier forma que aparezca en tu vida. Da un paseo. Escribe una carta. Celebra a las personas -pasadas o presentes- que te han abrazado, animado y querido como lo haría una madre. Y si necesitas esa presencia ahora mismo, acércate. Pide que te cuiden. Deja que otros te cuiden.

Apoyar a los demás durante las vacaciones

Si conoces a alguien que pueda estar sufriendo este Día de la Madre, tu amabilidad puede marcar la diferencia. Muchas personas cargan con un dolor que no siempre es visible: pérdidas que nunca se expresaron con palabras o que no se reconocieron en voz alta.

He aquí algunas formas suaves de ofrecer apoyo:

  • Diga algo. Incluso un simple "Hoy pienso en ti, ¿cómo puedo ayudarte?" puede abrir una puerta.

  • Ofrezca opciones. Pregúntales si quieren compañía, una distracción o espacio para hablar de la persona que echan de menos.

  • Esté presente. No necesitas las palabras perfectas. Simplemente aparecer y hacerles saber que se les ve es poderoso.

  • Respeta sus necesidades. Si alguien decide desentenderse por completo del día, hágalo. Para algunos, el autocuidado significa refugiarse y sobrevivir tranquilamente al día.

Nunca sabemos exactamente lo que lleva otra persona. Por eso importa la sensibilidad. Y a veces lo más significativo que puedes hacer es dejar que alguien sienta lo que siente, sin intentar arreglarlo.

Sé amable

No hay una única forma correcta de vivir el Día de la Madre.

Tanto si estás celebrando, llorando, siendo madre, echando de menos, añorando o simplemente superando el día a día, tu experiencia es real e importante.

Dejemos espacio para todo ello. Ampliemos nuestra definición de lo que significa nutrir y ser nutrido. Recordemos que merece la pena honrar el amor en todas sus formas.

Y, sobre todo, seamos amables con nosotros mismos y con los demás.


Acerca de Rebecca Doyle, LCSW

Rebecca Doyle es una dedicada defensora de la terapia basada en el trauma y adopta un enfoque integral de la atención al cliente. Centrada en capacitar a las personas para que tomen las mejores decisiones para su bienestar y sus objetivos, Rebecca se reúne con las personas dondequiera que se encuentren en su viaje vital.

Rebecca obtuvo un máster en trabajo social en la Universidad de Chicago. También obtuvo su certificado en estudios de estrés traumático en The Trauma Center at JRI en Boston. Durante más de 20 años, el trabajo de Rebecca ha abarcado múltiples tipos de entornos, funciones y niveles de atención.

En su tiempo libre disfruta leyendo, escribiendo, visitando la playa y pasando tiempo con su hijo adolescente.

Experiencia trabajando con: Niños, Adolescentes, Adolescentes, Adultos jóvenes, Adultos
Ubicaciones: Buffalo Grove, Libertyville
Telesalud:
Email:
rdoyle@omni4all.org

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